Propiedades de la Malva

La Malva, símbolo del sosiego y de la dulzura, ya era utilizada por los griegos hace más de dos milenios. Hipócrates la recomendaba como emoliente y laxante, propiedades que han sido demostradas, y que siguen vigentes en la actualidad. En Grecia y Roma antigua era muy apreciada también por sus virtudes cosméticas y terapéuticas. En Italia, en el siglo XVI, se le dio el nombre de omnimorbia, "contra todos los males".
Es originaria del sur de Europa y Asia, pero actualmente se cultiva en diferentes partes del mundo especialmente en el Mediterráneo. Es planta de montaña o media montaña, aunque se adapta fácilmente a otros terrenos. Sus flores y hojas contienen altos porcentajes de musílagos, un adherente vegetal que le otorga sus propiedades suavizantes al formar una capa sobre la superficie de la piel que la protege de las agresiones del medio ambiente. Los musílagos facilitan la cicatrización de heridas internas, lesiones de las mucosas. Las vitaminas A, B y C presentes en su composición le brindan propiedades calmantes, desinflamatorias, suavizantes y regenerativas de la piel.